Mercado Medieval de las Tres Culturas

Abdelatif viajó kilómetros desde Marruecos para mostrar su arte en el casco antiguo de Zaragoza. Cargó su furgoneta de fósiles minerales y los transportó hasta el rinconcito que le habilitamos en el Balcón de San Lázaro, donde miles de ciudadanos y turistas se reunieron para contemplarlo.

Con él, las chicas de Holanda, Carmen, Manolo, los sevillanos… así hasta casi 200 artesanos formaron un espacio donde cada uno ofreció lo que mejor sabe hacer.

Un proyecto que merece de una afinada coordinación, que requiere semanas y semanas de trabajo previo. Pero al final, un proyecto compuesto por personas y su arte.

Si todos los trabajos esconden valores intangibles, el Mercado Medieval ES en sí mismo un intangible.

Es un proyecto con aroma y sabor. Huele a incienso, jabón, perfumes, hierbabuena… Tiene sabor a Galicia, Aragón, Francia… Es un viaje en el tiempo, una vuelta al medievo inundada de gastronomía, artesanía y espectáculo.